A una cuadra de la playa de Frutillar Bajo, en la tranquilidad de Las Piedras 101, abrimos las puertas de Casa Ecke, nuestro pequeño hotel boutique creado con intención, cariño y coherencia. No queríamos construir un hotel tradicional; queríamos dar vida a una casa que se sintiera viva, cálida y real. Un lugar donde puedas bajar el ritmo, respirar profundo y conectar con lo esencial.
Somos un espacio íntimo, con solo cuatro suites, diseñadas para que tu estadía sea tranquila y profundamente acogedora. Algunas tienen terraza, otras miran al jardín y varias cuentan con chimenea. Todas comparten esa sensación de refugio que tanto nos importa: luz natural, materiales nobles, aromas ricos en la mañana y detalles que invitan a quedarse un rato más.
Todas las estadías incluyen desayuno a la carta, con opciones vegetarianas o veganas, pan recién horneado, frutas frescas y café de grano. Para nosotros, la comida también es una forma de cuidar y de hacer sentir en casa, por eso nuestra cocina es plant-based y nace de ingredientes frescos y preparación consciente.
Algo que amamos de este lugar es que las estaciones marcan nuestro ritmo. En otoño salimos a explorar las setas y a cocinar con murtas y manzanas; en invierno encendemos el fuego y llevamos a nuestros huéspedes a sentir el bosque; en primavera recogemos flores y plantas medicinales; en verano celebramos los berries, la luz larga y la energía del huerto orgánico. Cada estación nos inspira, y nosotros transformamos esa inspiración en experiencias para quienes nos visitan.
Y como vivimos a pasos del lago, quisimos que nuestros huéspedes también pudieran experimentarlo de verdad. Por eso contamos con tablas de SUP para salir a remar, descubrir Frutillar desde el agua y conectar con la inmensidad del Lago Llanquihue de una manera distinta y silenciosa.
Frutillar nos regaló el escenario perfecto: jardines, música, calma, cultura y un lago que cambia con cada hora del día. Estar tan cerca de la playa y a la vez rodeados de tranquilidad nos permite ofrecer una estadía donde realmente se puede descansar. A pasos del Teatro del Lago, cerca de senderos, museos y rincones que sorprenden en cada cambio de luz, Casa Ecke es una base ideal para explorar o simplemente no hacer nada.
Cuidamos este espacio como se cuida una casa: con presencia, dedicación y reglas simples que mantienen la armonía. No permitimos fiestas ni despedidas, porque queremos que la energía del lugar se mantenga suave, respetuosa y preparada para quienes llegan buscando pausa.
Casa Ecke no es solo nuestro proyecto: es nuestro hogar.
Y ahora también puede ser el tuyo.
Te invitamos a venir, compartir la mesa, remar en el lago, disfrutar la calma y descubrir por qué este rincón del sur nos enamoró y hoy lo compartimos contigo.

